Yo confieso...

Ante ustedes... Que he pecado de vacacionar en pensamiento, palabra, obra y omisión.

Ya regresé a la cotianeidad físicamente, pero mi "inner-hamster" sigue en una hamaca a la orilla del mar, todavía no lo convenzo de volver.

Si no fuera por Floriciento (que hoy me trajo uno de los mejores regalos que me han dado: un llavero de relledona de fresa) y su música techno, sentiría que no hay nadie en la oficina. Mi ropa me queda bien retacadita, abusé con las micheladas y las papitas (mucho). Mi celular coqueto con tonos polifónicos y cámara está reviviendo. Me dió tristeza desempacar mi sombrero playero hoy en la mañana mientras buscaba el desodorante en la valija. Recibí nuevas fotos de mis pollitos que no dejo de ver cada 5 minutos, están creciendo demasiado lindos esos chicos. Mi Jefe Chulo me dijo que no alucine, que no estoy más gorda y que por el contrario, me sienta bien el bronceado y mis nuevas "pequitas" en la nariz (casi le pido matrimonio al instante). Pituka me invitó a comer a su casa y fue como si siguiéramos en Mi Playa. Hace una semana no veo a mi Jogis, dice mi Mamá que siente que el vínculo can-amo está muy dañado entre ella y yo. Hoy fue un grandioso día de chat y up-dates, de trabajo ni hablé. Faltan menos días para que el Bambino di Fragola se vaya a Alemania, que tristeza, a buena hora nos encontramos. Mi cumpleaños se acerca, prohibido deprimirme. Ojalá me hicieran esa fiesta sorpresa que nunca me han hecho este año.

Regresa Hamster... Por favor!!!