Reencuentros Cercanos

- Hola Gorda!!!
- ¿Y tú quién eres, qué haces con la bolsa de mi abuelita?
- ¿Y A quién le regalaste esta bolsa?
- A mi nieta Meli
- ¿Y quién crees que soy yo?
- Mi Meli!!!!!!!!!!!!!!

Así empezó el reencuentro después 3 años de no vernos, ya sabía que no se acordaba de nadie, ya sabía que se ve mucho más viejita, ya sabía que ya no teje, que casi no come, que camina más lento y que de lo poco que se acordaba es de que estaba enojada conmigo por ser la única que no había ido a verla y es que la verdad, yo no estaba preparada...

Nos fuimos a desayunar al café de la Parroquia y a caminar por el Malecón y aunque no pudimos mantener una conversación muy cuerda (por ambas partes) nos reímos mucho como lo hicimos siempre.

No quiso reconocer que le daba mucha lata ni que peinarme era su pesadilla (bien tirante sin grumos). Pero sí se acordó de cómo cocinábamos juntas, de mi cara de placer la primera vez que me dejó saltar en su cama, de mis vestidos pompones y cursis, de mi emoción por las Navidades y de mis dos coletas eternas.

- Abue, te voy a venir a visitar muy seguido, te lo prometo.

- Si mi reina, yo aquí te espero.

- Por favor no te olvides de mí, yo todos los días te pienso.

- No te preocupes, se me puede olvidar toda mi vida, pero tú nunca mi amor.

Contra la historia de Perlita Tejedora y su nieta consentida no puedes Alzheimer...