En 15 minutos quedé de verme con Rodrigo en el Tandem... ese bar que queda a dos cuadras de mi oficina y que nos debe gran parte de su remodelación. A esas puertas restauradas barnizadas y a la nueva fachada de madera los siento un poquito míos. Siempre pido lo mismo: Michelada con Victoria y extra limón; para qué me engaño... ya ni la pido, entro y me la traen. Ya sé, la cerveza empanzona (pero es taaaan ricaaa!), sería mejor un vodka riki o un whisky con soda, pero no me permito más de 3 cervezas, si ya voy por una cuarta es porque será una larga noche y hay que dejar las bebidas suaves a un lado, además el otro gran placer empanzona también, solo que gracias a Dios, no hay que parir una cerveza... Ni amamantarla, ni educarla, ni pagarle colegios caros, ni esperarla despierta hasta las 5 de la mañana, ni hablarle de sexualidad, ni explicarle lo malas que son las drogas, ni llorar el día que se va de la casa. Lo que es una realidad, es que mi "Victoria" no me va a cuidar el día que envejezca (por lo mismo tampoco me internará en un asilo), mientras tanto, seguiré disfrutando mis viernes con ella.
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1 comment:
quién dice que la chela no te cuidará cuando seas vieja...?
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